La espera, la espera que he tenido que soportar para encontrar "mi media naranja", mi mitad, mi equivalente, había cesado cuando te encontré, eras, y eres. Llegué a pensar que eramos uno, tu felicidad, la mía, tu desgracia, la mía, hacías que las penas desvanecieran, que no existiera el mañana, que el tiempo junto a ti llegara a ser adictivo, tanto llegué a desear tenerte siempre, que mis noches se hacían eternas, tu imagen me impedía dormir, pero, cuando te veía, te tenía, todo se volvía tan precioso, ya nada importaba, sólo tú, vivía para tu felicidad, pero el tiempo pasaba, y nos distanciábamos por aquel autobús 363, y mi vida volvía a sumergirse a la monótona oscuridad, pero un día, todo llegó a su fin, decidiste cortar nuestro fuerte lazo, entonces todo se dio la vuelta, ya nada me alegraba, ni siquiera verte, mi media naranja perdida en la eternidad, y yo perdido aún en ti, creyendo que podría solucionarse soñaba con volver a tenerte, pero resultó ser mi error
Y ahora sigo esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario